Imagina esta escena: un bonito día soleado, echas un vistazo a tu armario y lo primero que ves es aquella blusa blanca maravillosa que te hace sentir bonita y segura, ¿Qué sujetador vas a escoger?
Obviando el caso de que desees mostrar tu sujetador, solo hay una respuesta correcta: ¡El nude! Y con el nude queremos decir, un tono que se confunda con tu tono de piel. Eso puede significar un sujetador en color perla, como el Andorra Pearl ; beige (existen distintas tonalidades, desde las más amarillas a las más oscuras), como Olivia, Cari o Ardour; el rosa pastel, como Ana Vintage o el Roxie Misty Rose, castaño o hasta incluso en lilas en su tonalidad más suave.
El sujetador blanco, muchas veces usado con la ropa más blanca, no es el sujetador ideal pues contrasta con el tono de la piel, volviéndose visible de manera inmediata, incluso en las prendas más opacas. ¿Nuestra sugerencia? Usa el blanco, para dar descanso al nude, cuando usas ropas claras que no sean blancas.
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